martes, 14 de julio de 2009

LOREDO-FAGO

“Los perdedores siempre dicen haber hecho todo lo posible, los ganadores se levantan pronto y desayunan como campeones con la arena bajo sus pies”. Durante la pernoctación pusimos a prueba el artilugio de la cama-coche (“addon” para dos personas) que ya antes habíamos sometido a una prueba de sobresfuerzo durante las fiestas de San Xuan en Caravia.

Todas las comodidades del hogar son posibles durante el viaje si tiene a mano un buen “Condensador de Fluzo”, que además de permitir el viaje temporal es un magnífico conversor de electricidad: de los 12v del mechero del coche en los 220v del enchufe del retrete de tu casa. Así nos enchufamos en red y pudimos disfrutar de las gesticulaciones epilépticas de Nicolas Ho-Cage, los vaciles de Sean Connery y la genial sobreactuación de Ed Harris en un gran peliculón de época: LA ROCA.

El desvelo propio del jet-lag automovilístico de la primera noche nos permitió ver a lo lejos “unas extrañas luminarias” que, como diría el gran Iker Jiménez, “parecían realmente inquietantes”. Finalmente resultó ser un gordo cincuentón paseando a su perro quién mirando fijamente al interior de nuestro coche con cara de retrasado mental se tocaba con insistencia la zona inguinal por encima del pantalón. Lo tomamos como lo que era e intentamos seguir durmiendo.

Al día siguiente, la mañana se nos pasó como alma que lleva el diablo con los tediosos trámites burocráticos de la Euskal Herriko Universitatea, pero pronto retornamos nuestro camino en dirección Gasteiz con una parada para comer en uno de los primeros “puntos macabros” de nuestro viaje. Legutiano, su precioso entorno con pinar y pantano, y los rumores lejanos de un “míticu bombazu”.

En el campus universitario de la capital vasca (donde dimos a luz este blog) nos encontramos con una escena curiosa, alguien diría que obscena: Un hombre negro muy negro vestido por completo de blanco, acompañado de su mujer, también muy negra, vestida igualmente de blanco, con sus pequeños retoños haciendo juego con la estampa… Aunque es difícil de imaginar, vistos de esta guisa parecían un puto ajedrez.

Reintegrados en nuestro particular Delorian proseguimos rompiendo el espacio-tiempo dirección Iruña, donde el pueblo de Sarasate propició el chiste barato. En la foto Wiro interpretando a “Gorrilla sarasa con cara de Backstreet Boy demacrado”. Y después de pasar de los festejos tauro-vascuences hicimos otro alto en el camino en el Monasterio de Leire donde no caímos en la tentación de probar las frescas aguas de la Fuente de las Vírgenes donde, al contrario de Covadonga, dice la tradición que al año siguiente encuentras trabajo y tus viejos te quitan la paga.









Seguidamente, la carretera que conduce a Fago por Majones es un camino de ovejas, y no únicamente en sentido figurado, sino que en cualquier momento te puedes encontrar con manadas salvajes de estos ramoneadores
berrando “rock in high school” mientras oprimen tu libertad de movimiento. Lo cierto es que nunca imaginamos que el Área 51 aragonesa estuviera en un lugar tan recóndito y jodido tan sólo accesible por un puerto de montaña de los de “para, que me bajo”, y menos mal que era de noche y no veíamos el pedazo de barranco que con sus “Foces de Fago” nos acechaba desde sus angosturas.
CONTINUARÁ… Mañana en Perroflautas, Especial Fago.

1 comentario:

  1. Yo fagocito, tú fagocitas, él fagocita...
    Los niños tienen pene y las niñas vagina.

    ResponderEliminar